En Septiembre hace apenas unos meses, estaba estudiando el módulo de imagen para el diagnóstico en Oviedo.
El módulo estaba bien, pero no me llenaba, no me sentía feliz al hacer lo que estaba haciendo.
La llamada que tanto esperaba, y nunca creía que iba a llegar, llegó. Me sentía feliz, mi sueño se había echo realidad, había entrado en la carrera que siempre quise entrar.
Cada mañana al levantarme sonrió porque hago lo de que verdad me gusta, y lo que siempre me ha gustado.
¿El porqué de la Fisioterapia?
Todo comenzó cuando apenas tenía 7 años, me llamaba la atención manosear a mis padres, a mis abuelos, y toquetearlos fingiendo hacerles masajes, investigarles el cuerpo, era muy curioso.
Iba creciendo, y me iba dando cuenta de lo que me gustaba hacer, me gustaba el cuerpo humano, me gustaba intentar quitarle el dolor de espalda a mi madre, aunque no supiera, me gustaba la “Fisioterapia”.
A lo largo de Bachiller, he intentado sacar las notas para poder entrar en la carrera, siempre esforzándome para no quedarme a las puertas, y aunque el tiempo primero me dijo que no, hoy me sonríe, y estoy aquí formándome en mi profesión, Fisioterapeuta.
Otro de mis motivos importantes, es poder brindarle todo mi apoyo en un futuro a mi familia, a mis abuelos, y sobre todo a mi tía, qué después de una dura enfermedad como el cáncer, hoy en día padece las secuelas y una osteoporosis grave, me encantaría poder ayudarla a mejorar su día a día, y que cada vez note menos esa enfermedad que la acompaña.
Por eso estoy aquí, intentando formarme día a día, y absorbiendo todos los conocimientos posibles.
Ahora ya sé, qué nunca es tarde para cumplir un sueño.
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